Hace unos días el profesor Philip G. Moscoso publicó en El País un interesante artículo sobre los 'cuellos de botella' en el que afirmaba que "no sólo estamos rodeados de cuellos de botella, sino que éstos nos afectan de forma muy directa, tanto en la empresa como fuera de ella"; y, naturalmente, también en los centros de documentación, me permito añadir yo.
"Un 'cuello de botella' se define como un recurso cuya capacidad es inferior a lo que se le demanda. En un proceso, el 'cuello de botella' es, por tanto, el recurso que tiene la menor capacidad de todos, y que, por tanto, determinará la velocidad con la que al final salen los ítem".
En un centro de documentación el cuello de botella puede ser, por ejemplo, el departamento de tratamiento.
El profesor Moscoso afirma que "podríamos tener la tentación de querer eliminar todos los cuellos de botella aumentando la capacidad de los recursos. Pero, desgraciadamente, -afirma- esto en la práctica no es realista. Para empezar, el coste puede ser demasiado alto para justificar la inversión". -dice-.
Pero es que, además, -siguiendo con nuestro ejemplo- en el caso de que contratemos más documentalistas para el departamento de tratamiento, sin duda, llegará el momento en que sea otro el recurso que limite nuestra capacidad, por ejemplo, el departamento de selección de información.
Ahora podríamos pensar en contratar más documentalistas para esta taréa, pero ya podemos intuir -como dice Philip G. Moscoso- "que generaremos un nuevo cuello de botella. (...) Por definición, en todo proceso siempre habrá al menos un recurso limitante con la menor capacidad".
Por lo general, lo que tendremos que hacer es subordinar los recursos al ritmo del 'cuello de botella'. Todos los recursos deberán ir al ritmo del mismo, y éste siempre deberá tener trabajo suficiente esperando.
Sólo si aun operando el 'cuello de botella' al máximo posible no tuviésemos capacidad suficiente, procederemos (...) a intentar aumentar la misma. Pero recuerde que enseguida volverá a tener un nuevo 'cuello de botella', y por tanto igual tenga que volver a empezar (...). Porque hagamos lo que hagamos, siempre habrá un cuello de botella que nos limite".
Con infomación de El País (4-03-2007), suplemento Negocios, pag. 4
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