20 de noviembre de 2003

¿Hay alguien ahí?

No. Ahora no. Evidentemente cuando escribo este mensaje no hay nadie porque, excepto yo mismo, nadie sabe de su existencia y, por lo tanto, nadie lo va a buscar. Se podría decir que, como los personajes que no salen en televisión, no ‘existe’.

Es la gran paradoja de Internet. Una sola persona tiene a su alcance a la mayor audiencia potencial de la historia de la humanidad y, sin embargo, existe la posibilidad de que nadie reciba su mensaje. Un mensaje que puede quedar flotando en el ciberespacio durante no se sabe cuanto tiempo sin que llegue a ningún destinatario.

A pesar de todo esto, tengo la remota esperanza de que, si persisto en el empeño, dentro de un tiempo alguien llegue hasta este comentario y, tal vez, hasta lo lea. ¿Quién sabe?. Puede que escribir aquí sea como lanzar una botella al mar con un mensaje. A veces llega a algún destinatario.

En cualquier caso y aunque sólo sea para mí mismo, ha llegado el momento de la declaración de intenciones y, ¡ay!, de las presentaciones.

Primero las intenciones. ¿Qué que pretendo con esta bitácora?. Primero reflejar mi visión particular y naturalmente subjetiva sobre la actualidad y evolución de los buscadores de noticias y, en segundo lugar, informar sobre Recursos Digitales para periodistas. No sé si es muy ambicioso, pero eso es lo que pretendo. Ya veremos si lo consigo.

Y ¿quién soy?, pues un modesto profesional de eso mismo, de la Documentación en los Medios de Comunicación; y, además, un observador curioso y muy interesado en estas cuestiones sobre las que pienso escribir.